Neyely and Lorena
Dios me concedió la gracia de conocer y compartir con Don Carlos y de conocerlo. Lo recuerdo como una de las personas mas auténticas, dulce, honesta, y pura de corazón y sobretodo inmensamente grande lleno de amor para sus hijas, esposa nietos y sus hermanos.
Siempre alegre, siempre emotivo, no reprimía sus sentimientos ni emociones y compartía su sabiduría desinteresadamente. Predicaba con el ejemplo y su vida era un reflejo de su candor y humildad.
Se que Dios lo tiene en el cielo y allí está construyendo una piscina de nubes para seguir protegiendolas y amandolas.
Seguiré rezando por el pero sobretodo por ustedes para que continúen manteniendo a su Papi vivo ente ustedes.
Dios las bendiga y las quiero mucho
Carmen C.Bello